Saul Santolaria y la plataforma Global Sound Lab lleva a los grandes municipios su iniciativa de realizar auditorías sonoras para abordar la gestión del sonido en la ciudad
El 31 de octubre está señalado por la ONU como el Día Mundial de las Ciudades, con el lema “Mejor ciudad, mejor vida”. Saúl Santolaria, especialista en audio y acústica en el entorno urbano, sostiene que ese bienestar tiene mucho que ver con la gestión de los sonidos y con la construcción de los paisajes sonoros adecuados en cada urbe. “Somos lo que escuchamos” señala. Es una dimensión que el ciudadano exige y que todavía no se tiene muy en cuenta, ya que generalmente se contempla el sonido como un residuo -el ruido- a eliminar y no un “recurso” a utilizar.
“Además de reducir la contaminación acústica en la ciudad, también se trata de integrar sonidos que despierten nuestras emociones: nos resulten agradables, nos relajen o activen nuestros recuerdos, creando espacios sonoros de bienestar.”
Su propuesta está en sintonía con el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente “Fronteras 2022”, que coincide en destacar esa relevancia del sonido. Señala la contaminación acústica como uno de los riesgos ambientales emergentes y afirma que “Cada vez es más relevante considerar paisajes sonoros que contribuyan a el bienestar físico y psicológico de las personas, especialmente en el entorno urbano”.
Saúl es pionero en este ámbito y lleva los últimos 10 años concienciando sobre la importancia del sonido en todos los ámbitos de nuestras vidas. Especialmente en la creación de ciudades y comunidades más sostenibles, acordes a los parámetros que se establecen en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Desde su empresa, Global Sound Lab, está llevando a los grandes municipios la iniciativa de realizar auditorias sonoras como un primer paso para poder abordar la gestión de los sonidos urbanos.
“Hemos presentado un proyecto a varios ayuntamientos y tenemos también un proyecto pionero para crear en Bilbao el summit internacional Ciudad Mundial del Sonido www.bestsoundingcityawards.com; un galardón que premie y donde compitan las mejores prácticas y gobernanzas con el objetivo de crear ciudades acústicamente más confortables y sostenibles”.
Su iniciativa plantea un periodo de 10 meses y cinco fases, que incluye el análisis de todos los datos ya recogidos para crear una bibliografía completa sobre el sonido en la ciudad. También se realiza trabajo de campo, documentando los sonidos y actividades; identificando los sonidos deseados y los no deseados, los sonidos naturales -por ejemplo, dentro de espacios verdes- y los provocados por la propia acción humana: la obra pública, la industria residual, el ocio nocturno, el tráfico rodado… Todo ello desde los criterios del referente de “paisajes sonoros sostenibles”.
Todos los datos recogidos se analizan y clasifican, junto con las medidas a implementar, integrando la perspectiva de arquitectos y urbanistas. También se realiza una propuesta de identidad sonora reconocible, que se testea a través de análisis de datos y medición cualitativa basada en inteligencia artificial, así como encuestas y participación ciudadana.
“Un ejemplo de la marca sonora de una ciudad se puede encontrar en el paisaje sonoro de Estambul: los gritos de los vendedores ambulantes, mercados y mezquitas; el ruido del tráfico y cursos de agua circundantes. La gestión del sonido permite acentuar las características propias y optimizar el paisaje sonoro para conseguir los efectos más beneficiosos.”
El resultado de integrar la perspectiva sonora son parques urbanos tranquilos, caminos, áreas verdes dentro de bloques de apartamentos, patios, jardines y otras áreas de ocio… lugares accesibles y cercanos dentro de la metrópoli donde la gente puede escapar del ruido, lo que contribuye a la salud y el bienestar de las comunidades locales. También contribuye a mejorar todos los indicadores biométricos en el organismo, desarrollando espacios biofílicos para preservar nuestros ciclos circadianos y mejorando así nuestra calidad de vida.
El ruido: un problema ambiental y de salud
Según el informe “Fronteras 2022”, la contaminación acústica ya se ha convertido en un problema ambiental y de salud pública. En toda la Unión Europea, de media, el 20% de la ciudadanía está expuesta a niveles de ruido de tráfico que se consideran nocivos para la salud, siendo muchas las áreas urbanas que lo superan. Pero no es el tráfico la única fuente de contaminación acústica; esta también puede provenir de actividades de ocio, empresariales, domésticas, etc.
Entre los efectos nocivos de una exposición prolongada a altos niveles de ruido, se encuentran desde el malestar temporal hasta el estrés severo, incluyendo el desarrollo de trastornos cardiovasculares. En el estudio se estima que en Europa 22 millones de personas sufren molestias crónicas por ruido. También que la exposición al ruido ambiental, continuada y a largo plazo, contribuye a que surjan 48.000 nuevos casos de cardiopatía isquémica en Europa.