Icolandia nos recuerda que durabilidad y seguridad es un binomio que en los parques infantiles va unido a un buen mantenimiento, y es la fórmula que debería funcionar en todas las instalaciones. Hay que tener en cuenta que en estas áreas de juego se van a desenvolver los mas pequeños, en una estancia que a lo largo de su infancia puede sumar muchas horas.
El parque debe estar pensado y preparado para fomentar su educación en el terreno social, emocional, físico y creativo. Este es el servicio que debe ofrecer un Centro Comercial o una instalación de ocio a sus clientes. Deben pensar que el parque puede ser un factor decisivo para los padres cuando vayan acompañados de sus hijos.
Para que un parque infantil de interior cumpla esta función debe involucrarse a fondo el fabricante y el propietario del parque. El primero con materiales y juegos homologados y de calidad y con un manual y protocolos sencillos pero precisos para su conservación, y el segundo realizando las inspecciones y mantenimiento correspondiente con profesionales autorizados o preparados para ello.
Con la colaboración del fabricante y el propietario de la instalación se pueden prevenir en gran medida los posibles deterioros y los accidentes dentro del parque infantil, ofreciendo así un producto de alta calidad y seguro a lo largo de los años. Además esta colaboración es fundamental para garantizar su desarrollo modificando o incorporando nuevos juegos o elementos que lo mantengan actualizado, pues cada día su función debe ser la misma que cuando se instaló. Así lo hemos constatado en la práctica en una de las primeras instalaciones que realizamos, en 1997, que sigue en perfecto estado después de usarlo varias generaciones de niños.
Es un error entender el mantenimiento como un gasto añadido, pues es una inversión que supone un ahorro en instalaciones a medio plazo y revierte en la satisfacción del cliente y por tanto en la consolidación y ampliación del público.