El gusto por la exclusividad y la personalización en alta pastelería es una tendencia en alza en nuestro entorno. Así lo constata Eduardo Bizkarra, gerente de la marca Bizkarra de panadería y pastelería, que ha ampliado su ámbito de actividad al diseño y la realización de tartas exclusivas para celebraciones.
En Bizkarra, estas creaciones se llaman “Tartas de Alta Costura”. Para Eduardo Bizkarra, el término “tiene sentido pleno, porque como en la moda, estamos hablando de diseños personalizados al detalle en el que se cuidan mucho todos los aspectos.” Cada tarta debe ser la fusión perfecta entre diseño y gastronomía, buscando la espectacularidad para los ojos y el paladar: “El diseño y la decoración es esencial, pero hay que tener el mismo nivel de exigencia o mayor si hablamos de los sabores y sensaciones al paladar.” En este sentido, a los Bizkarra les avala su trayectoria en pastelería artesana, un campo que dominan deleitando a los vizcaínos con todo tipo de especialidades. La idea arrancó hace unos meses con un pedido un poco atípico: hacer una tarta distinta y simpática para la celebración de una boda. Para ello se propuso la creación de un postre temático con la imagen de “Triki”, el famoso “monstruo de las galletas”, que incluía una tarta y cupcakes con la imagen del personaje, un postre azul que causó sensación. El éxito de los sucesivos pedidos les convenció de que tenían cosas que aportar también en este ámbito de la pastelería”.La particularidad de estas tartas está en su arquitectura y decoración, se puede ser tan compleja como se quiera. Esto determina en gran medida los ingredientes a utilizar en el obrador, fundamentalmente a base de diferentes tipos de bizcochos, huyendo de las natas, cremas y otros ingredientes más fluidos que le restarían consistencia a la estructura. “Tenemos que pensar en función del diseño y entorno a ello creamos una base de distintas capas de bizcocho intercalado con mermeladas y otras confituras en una combinación de sabores que resulte sabrosa y esponjosa”. La decoración está totalmente realizada a mano, “como es habitual en nuestro obrador de pastelería”, con la diferencia de que “rizamos el rizo en cuanto a formas, decorados y colorido”. Éstos se realizan a base de distintos tipos de azúcar y otros ingredientes que aportan color, todo bajo la premisa de ser íntegramente comestible y sabrosa. “Todo lo que se ve, por realista que parezca, se come”, destaca Eduardo. El proceso de elaboración difiere también del habitual trabajo que se desarrolla en obrador, ya que es un proceso muy “personalizado”, de acuerdo al tipo de celebración, la idea y el motivo central de la misma. Existen diseños especiales para comuniones y bautizos, para bodas, cumpleaños, eventos de empresa…tantas posibilidades como motivos. En todos los casos, la persona se ayuda de ejemplos realizados anteriormente para hacerse una primera idea y sobre ello especifica con el equipo de Bizkarra sus ideas para personalizar el diseño: “Nos gusta decir que si sabe cómo es la tarta de sus sueños la podemos materializar y si no lo sabe le ayudamos a crearla”, comenta Eduardo Bizkarra, y destaca que la limitación está únicamente en la imaginación y la creatividad, aunque con matices, ya que “a partir de cierto volumen y cantidad de pisos estamos hablando de otro nivel de dificultad”.www.bizkarra.com