1-Behargintza Txorierri es “Entidad Colaboradora de Emakunde en Igualdad de oportunidades”, ¿qué supone este distintivo?
Behargintza Txorierri como Entidad Colaboradora de Emakunde en Igualdad de Oportunidades, asume el compromiso de avanzar en igualdad en nuestra organización así como llevar iniciativas en nuestro ámbito socio-laboral.
El trabajo comenzó en el propio Beharginza, a nivel interno de la organización, realizando el diagnóstico de igualdad que ayudase a plasmar la situación de los hombres y mujeres para posteriormente diseñar e implementar el I Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres (2007-2010). Así mismo se ha apostado por la formación del personal directivo y técnico, y por campañas de sensibilización.
Actualmente, la agencia de desarrollo presta asistencia técnica a los 6 ayuntamientos y resto de instituciones públicas de la Mancomunidad del Txorierri en el desarrollo, implementación y gestión de políticas de género, y viene apoyando a aquellas empresas de la zona que quieran apostar por la igualdad de oportunidades entre sus empleados y empleadas.
2-¿En qué elementos se refleja la igualdad de género dentro de la empresa privada?
La igualdad de oportunidades en el acceso, la contratación y retribución permiten a la empresa potenciar su capital humano pues le da acceso a personal diverso, que le aporta flexibilidad y capacidad de adaptación a los posibles cambios del entorno. Así mismo, la incorporación de medidas y políticas de igualdad en la formación, promoción y desarrollo, contribuye a garantizar que la empresa cuente con perfiles más competentes, retenga y desarrolle talento, y en definitiva, se contribuya a una valoración y optimización de las posibilidades de todo el capital humano.
3-¿Las personas son conscientes de la desigualdad de género o en ocasiones hay desigualdades tan interiorizadas que no se ven como tales? Podría dar algún ejemplo.
No todas las personas son conscientes de las desigualdades de género, ni todas las personas creen necesaria la lucha por la erradicación de la falta de derechos y estatuto de ciudadanía de la mitad de la población (las mujeres), por eso aún hoy hablamos de miles de muertes de mujeres en todo el mundo por violencia de género, de brecha salarial, de mayor tasa de paro femenino y precariedad laboral, de mayor temporalidad en los contratos laborales de las mujeres, feminización de la pobreza, falta de corresponsabilidad en las tareas domésticas y de cuidado por parte de los hombres, baja representación de las mujeres en los puestos de poder y toma de decisión, ocupación de puestos de menor responsabilidad…
4-Una empresa que quiere aplicar en su actividad diaria la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, ¿puede acercarse a Behargintza Txorierri para ser guiada y aconsejada en este camino?
Así es. Hasta ahora se ha trabajado principalmente a nivel de sensibilización entre las empresas de la comarca, acercándoles las ventajas de crear medidas y planes de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Este año, nos gustaría poder incidir más en la negociación y elaboración de dichos planes.
5-Detecta cierta preocupación o concienciación entre las empresas por la mejora en los temas de igualdad o es un asunto poco relevante en “sus agendas”.
Las empresas no son conscientes de las ventajas que ofrece la incorporación de un Plan de Igualdad en su organización: optimización de recursos humanos, asegurar el desarrollo de los sistemas de calidad, consolidación de la Responsabilidad Social Corporativa y cumplimiento con la legislación vigente. Por ello, se hace necesario que las empresas se conciencien de la necesidad de incorporar la Igualdad de Oportunidades entre hombres y mujeres en sus agendas de trabajo.
6-¿Está muy relacionada la igualdad de oportunidad entre hombres y mujeres con la conciliación de la vida laboral y personal?
No existe la una sin la otra. Es un asunto de derechos humanos y justicia social. La conciliación es una necesidad que surge para poderacceder en igualdad de condiciones hombres y mujeres al ámbito doméstico, social y laboral. De ahí que, el compromiso por la conciliación tiene que estar basado en una intencionalidad clara de avanzar hacia el logro de la igualdad, para que las mujeres y los hombres ocupen sus tiempos en igualdad y compartan responsabilidades. Se evitará así, el riesgo actual de que la conciliación recaiga en exclusiva, sobre las mujeres y no logre transformar la desigual sociedad en la que vivimos.
7-¿Cuáles son los principales avances que hoy en día se pueden observar en cuanto a igualdad y cuáles son los obstáculos que aún hay que superar?
“Las mujeres somos iguales de derecho, desiguales de hecho”. No podemos negar que hemos avanzado a lo largo de estos últimos años, pero sólo de forma legal. Entre las barreras a superar cabe destacar el techo de cristal, la división de espacios en la vida pública y privada, los modelos diferenciados de socialización de las mujeres y los hombres, las jerarquizaciones de las organizaciones políticas y empresariales, la ausencia de modelos y la falta de experiencia de las mujeres, la ausencia de contenidos de género en las agendas políticas y empresariales, el lenguaje sexista, las estructuras jerárquicas y con prácticas de gestión política y empresarial poco transparentes, el tratamiento de la mujer en los medios de comunicación y los métodos de liderazgo y negociación.
8-¿Afecta o puede afectar la crisis en la igualdad?
Por supuesto, de hecho así está ocurriendo. Las mujeres se llevan la peor parte de la crisis que sacude a algunas empresas industriales en el País Vasco y España. Los datos del Ministerio de Trabajo sobre los expedientes de regulación de empleo muestran una tendencia al incremento de las mujeres afectadas frente a una disminución del número de hombres. Hasta el pasado mayo, los despidos colectivos aprobados incluyeron a un 5,6% más de mujeres que en el mismo periodo (enero- mayo) del 2002. En cambio, hay un 26% menos de hombres. Las tasas de empleo femenino más bajas, un control más débil sobre la propiedad y los recursos, la concentración en tipos de empleo informales y vulnerables con ingresos más bajos y una menor protección social son factores que colocan a las mujeres en una posición más vulnerable que los hombres en tiempos de crisis.