Con una trayectoria artística de 60 años, ha llevado su pintura por todo el mundo
El pintor José Ángel García Totorika ha fallecido a los 83 años, después de toda una vida dedicada a los pinceles. Nacido en Galdames en 1941, su vehículo de expresión ha sido siempre la pintura y ha permanecido en activo hasta el último momento. Sus cuadros se venden a particulares y coleccionistas de todo el mundo y cuenta, además, con una extensa colección privada que en los últimos años se está abriendo al público.
La temprana vocación de García Totorika, que empieza a realizar a los 16 años sus primeros encargos de pintura, le llevan a su primera exposición en 1966, a los 25 años. Durante esos primeros años compagina su vocación artística con su trabajo como publicista hasta que en la década de los 80 se centra definitivamente en la pintura.
Su carrera se desarrolla entre galardones y exposiciones en Euskadi, Argentina, Madrid o Málaga, haciéndose un hueco entre los pintores figurativos costumbristas vascos. Es conocido y reconocido por su pintura realista y también es muy popular por su carisma.
En esa primera etapa sus pinturas se enmarcan en la temática tradicional vasca, retratando con maestría personas que representan el esfuerzo y la cultura del país. Sus temáticas costumbristas, el hombre y el mar, el campo y los viajes son los principales motivos de inspiración. Su proceso de creación, muy detallista, se basa en un estudio fotográfico previo muy exhaustivo para obtener toda la información necesaria de lo que pretende plasmar.
A esa etapa pertenecen obras significativas como “Marmitako a Bordo”, un cuadro de gran formato que presenta a unos arrantzales a bordo de su embarcación preparando una cazuela de Marmitako. O sus tres cuadros de gran formato “Baco”, “Basajaun” y “El Rocio”, con más de doce metros de largo y cuatro de alto.
Renacimiento artístico
Su evolución artística está marcada por el hecho de sufrir un ictus en 2002 que le deja secuelas, lo que supone un renacer vital y también artístico. A penas una semana después de padecerlo, todavía en el hospital y sin habla, el artista comienza a aprender el uso del lápiz con la mano izquierda y completa varios cuadernos de gran formato con dibujos oníricos surrealistas que son usados como material de investigación por los médicos.
Sobrevivir al ictus le desprende de todos sus referentes anteriores, liberándose creativamente para emprender un periodo de investigación sin tabúes. Cambia radicalmente sus composiciones, los temas, el estilo y su paleta para adoptar un estilo mas expresionista y colorista.
En esta etapa utiliza técnicas muy variadas: óleo, carboncillo, cera, wash acrílico y acuarelas sobre papel, tablero o lienzo, pero también sobre otros soportes poco convencionales. Sus series más representativas de esta época son sobre piratas, Don Quijote, brujas, arrantzales, seres mitológicos, vikingos… recurriendo con frecuencia a temas vascos.
De Euskadi al mundo
La obra de José Ángel García Totorika se encuentra repartida en diferentes lugares, tanto en Europa como en Japón y EEUU. La participación en exposiciones y la labor de su marchante y amigo durante más de 40 años, Félix Didimo, ha permitido que llegue a coleccionistas y amantes del arte de todo el mundo.
En los últimos años el proyecto del pintor ha sido ir liberando parte de su colección privada, mas de 800 obras, que abarca toda su trayectoria creativa y constituye el legado artístico familiar, para compartirla con amantes del arte a través de la web www.garciatotorika.com
El proyecto seguirá adelante impulsado por su familia, que prevé realizar una exposición retrospectiva para rendirle homenaje.