El fabricante de menaje de cocina Inoxibar ha dado un paso más en el proyecto de reciclaje que comenzó a desarrollar hace cuatro años. Ha puesto en marcha la primera campaña de recogida de ollas y cazuelas usadas. El objetivo es facilitar su reciclaje y reutilización, evitando que estos productos acaben en los vertederos.
Del 10 de noviembre al 10 de enero se desarrollará esta primera campaña de ollas, cazuelas y cazos, con el fin de recoger el máximo de estos artículos usados. Como es habitual, la campaña se realizará en colaboración con los establecimientos que se vayan sumando -ferreterías, tiendas de menaje, etc-. Ellos se encargarán de informar y actuar como puntos de recogida, lo que también les repercute en dinamizar su actividad y llegar a más público.
Para participar, solo hay que buscar el establecimiento colaborador más cercano y dejar allí las ollas o cazuelas viejas. Pueden ser ollas normales, a presión, cazos… de todos los tamaños y marcas. Con la idea de incentivar este gesto, la recogida se acompaña de un Plan Renove de sartenes y ollas que beneficiará con un descuento especial la entrega de cada olla usada, de cara a sustituirla.
Cuando finalice la recogida, Inoxibar se encargará de trasladar todas las ollas recogidas a su planta de Berriz, Bizkaia, y desde allí a una empresa de reciclaje. De esta forma se garantiza la correcta separación y gestión de los residuos, así como la reutilización de las partes metálicas en la fabricación de otros productos.
La expectativa es que esta campaña tenga tan buena acogida como la de sartenes, ya que también es habitual tener cazos y cazuelas muy usadas, que de esta forma se pueden reciclar y renovar muy fácilmente. En este sentido, la campaña también hace hincapié en la importancia de elegir el menaje de cocina apropiado, de materiales sostenibles y duraderos.
Pionera en reciclaje
Inoxibar ha sido una empresa pionera con su proyecto de reciclaje. Lanzó en 2019 la primera iniciativa de reciclaje de sartenes usadas del sector y del país, convirtiéndose en el único fabricante en cerrar el ciclo de vida de estos productos. Desde entonces ha conseguido recoger y reciclar más de 30.000 sartenes con la colaboración de más de 200 pequeños comercios de todas las comunidades autónomas.
Con toda la actividad desplegada en este tiempo ha conseguido convertir en un hábito la recogida de satenes e impulsar la cultura del reciclaje en el sector.
“De alguna forma se ha extendido el ejemplo y vemos que van surgiendo otras iniciativas, lo que es siempre es positivo”, comenta Aitor Markaide, responsable de Inoxibar.
Aitor recuerda cómo surgió la idea cuando comprobaron que en su entorno había gente que no tenía claro qué hacer con las sartenes viejas y cómo estas muchas veces acababan en los vertederos.
“Como fabricantes, nos pareció que teníamos que dar un paso adelante. Empezamos a reflexionar sobre este problema hasta que llegamos a concretar cómo podíamos poner nuestro granito de arena para minimizarlo”, afirma. “Comenzamos por las sartenes, pero ya pensábamos en ampliar más adelante la iniciativa a otros productos”.
La principal dificultad para poner en marcha la campaña de reciclaje de ollas y cazuelas ha sido la logística que implica, de mayor complejidad al tratarse de artículos grandes y pesados. Y es que en cada campaña se generan cientos de contenedores llenos y diseminados por toda la geografía española, que hay que trasladar a cientos de kilómetros, llevar a una planta de reciclaje, asegurar que el ciclo se cierra correctamente.
“Si esto ya es complicado en el caso de las sartenes, en la recogida de ollas y cazuelas todavía lo es más debido al tamaño y el peso de muchos de los productos que se van a recoger”, comenta Markaide. “Lo vemos como una inversión de futuro, para nosotros, nuestro sector, nuestra sociedad y nuestro planeta».