La diseñadora ha aprovechado la celebración de su décimo aniversario en la moda nupcial para reunir en una colección todo su mundo de inspiración, en una propuesta muy personal y “con mucho corazón”, según ha declarado. En la pasarela del gran salón del hotel, completamente lleno de público, Isabel Zapardiez ha puesto en escena una veintena de propuestas entre las que se encontraban parte de la colección de novia y fiesta de esta temporada y una reedición de distintos vestidos y elementos emblemáticos de la firma que han sido recurrentes en toda la década. Entre ellas se incluían piezas con un significado simbólico, como la primera falda que la diseñadora realizó para su primera colección de novia en el 2002; una pieza de satén con forma de capa que Isabel recuerda con especial ilusión.
Pensar esta colección ha sido como una reflexión sobre todo lo que he recorrido desde que abrí mi taller, aunque hemos evolucionado mucho me he dado cuenta que la esencia de mis gustos y mis obsesiones no ha cambiado, afirma Isabel. En este viaje por la década no faltan los vestidos con una clara inspiración en los años 20 y 30, en unas líneas que nos trasladan a las divas del cine en blanco y negro: vestidos al bies con espaldas descubiertas y aplicaciones de encaje rebordeado. También esta muy presente el mundo oriental, una de las pasiones que más identifican a la diseñadora, así como un guiño a las combinaciones con prendas de piel en uno de los vestidos que incluye un top en cuero combinado con una falda en brocado de seda.En complementos, aparecen distintas piezas que representan su gusto por darles especial protagonismo en la imagen de la novia: entre ellos, plumas, piezas de cristal y grandes tocados de inspiración floral con los que se acerca al universo de Gustav Klimt.Para cerrar el desfile, Isabel ha elegido uno de sus clásicos, que da muestra de la atemporalidad de sus diseños: un vestido de corte sirena con una amplia cola y un gran velo en tul de seda ribeteado con puntilla de chantilly francés. Una imagen de novia etérea y misteriosa.La mujer que ha presentado Isabel sobre la pasarela es ecléctica y cosmopolita, una mujer universal, que quiere representar «a todas esas mujeres que han confiado en mi trabajo para vestirse un día con una carga emotiva tan especial y que me han ayudado a crecer profesionalmente» comenta la diseñadora.La colección ha tenido una excelente acogida entre el público, que ha aplaudido largamente las salidas, e igualmente entre la prensa especializada «me ha encantado el reencuentro con la ciudad, ha sido una forma inmejorable de celebrar estos diez años».www.isabelzapardiez.com