A través de un acuerdo con ONA Electroerosión, presentará su primer modelo comercial a mediados de 2019
La empresa vasca SamyLabs diseña y fabrica impresoras 3D en metal a través de una novedosa tecnología llamada SLM, con la que se funde el metal mediante un láser.
Son pioneros en el estado en desarrollar el proceso completo a través de esta técnica y hay pocas empresas que dispongan de ella, ya que se trata de una tecnología cara, casi exclusiva de algunas multinacionales.
Gracias a un prototipo lanzado en 2017 surgieron inversores interesados y la empresa optó por buscar la colaboración de un socio industrial potente en el País Vasco con la infraestructura para fabricar y comercializar el producto. Así surgió el acuerdo con ONA Electroerosion, que les ha permitido centrarse en el desarrollo tecnológico de la máquina.
Su punto fuerte es su apuesta por la innovación y por el desarrollo de su propio software de laminación, que les permite, entre otras cosas, retocar el proceso de impresión sobre la marcha, no solo a nivel de potencia o velocidad sino incluso de distribución de calor. Otra de sus ventajas es que dan acceso a prácticamente todos los parámetros de impresión, punto de gran interés para empresas que quieren entrar en el sector como proveedores de material. “Varias empresas se han interesado en nuestro proyecto en esta parte, ya que no lo hacen muchos fabricantes” nos comenta Jon Martínez, socio de SamyLabs. Otro de sus puntos fuertes será el precio, más económico que las que están actualmente en el mercado.
La impresora 3D en metal es de interés para el sector dental y protésico, suponiendo una gran ventaja en tiempo y dinero. “Esta tecnología va a tener mucho éxito para hacer fundas o prótesis; con una impresora 3D en metal se pueden hacer 50 implantes en menos de 4 horas” afirma Jon.
También va dirigida al sector industrial, a la fabricación de moldes, al sector de joyería, de repuestos y el educativo. En este último, ven un nicho importante de mercado, ya que están estudiando la posibilidad de colaborar con centros de formación profesional y universidades, dejando la máquina abierta para que los alumnos puedan ensayar y entender su uso.
La empresa está en proceso de depuración del prototipo comercial y certificación, y esperan poder comercializar la impresora a mediados de 2019. Entre sus planes a futuro están la explotación de los servicios asociados a la tecnología de impresión 3D SLM y llegar a acuerdos de distribución con diferentes firmas.